Hace muchos siglos, en Villairreal cohabitaban básicamente dos familias: Los Nimus y los Nonimus.
Los que se apellidaban Nimus eran de condición humilde. Precisamente su apellido proviene del latín: "Omnis mus" que viene a significar algo así como "Todos los ratones", haciendo alusión a las condiciones en que tenían que vivir estas familias de economía precaria.
En cambio, los que adoptaron el apellido Nonimus, eran familias pudientes que vivian en casas y calles mucho mejor cuidadas. Su apellido provenía igualmente del latín: "Non in mus", es decir, "No con ratones".
El caso es que con el tiempo, la variedad de familias y apellidos fue aumentando, como es lógico. Benito Cantalapiedra, revisando concienzudamente los censos de Villairreal, pudo certificar que el último Nimus del pueblo falleció el 4 de Noviembre de 1690, mientras que de la familia Nónimus no se tiene ninguna constancia más allá del fallecimiento, el 5 de Noviembre de 1761 del que se supone fue el último miembro.
Pues el caso es que toda esta historia ha provocado que, desde hace muchísimo tiempo, cada vez que alguien canta una canción antigua y de autor desconocido, se dice que es "de Marianónimo", como para indicar que podía haberla compuesto tanto un Mariano Nimus, como una María Nonimus, es decir, que ¡vaya usted a saber quién diablos habrá inventado esta tonadilla!
Y eso es lo que ha pasado con esta canción, balada romántica, de desamores, que une la melodía con un ritmo de vals y que al final acaba con un blues… Algo extraño si se tiene en cuenta que esta melodía tiene muchos años.
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