II - Un extraño personaje.
De esta manera llegó hasta nuestro ilustre historiador el conocimiento de tan curioso personaje. Y de esta manera fue como él nos lo hizo llegar al resto de los mortales, con las propias palabras de la Tía Parraca, mujer grande y sólida cual roble, cuya profesión era la de ayudar a parir por igual tanto a jóvenes primerizas como a vacas perezosas o yeguas pellejudas, y que, como hemos podido comprobar, tenía además un especial arte para narrar historias.